Para conseguir un estilo rústico tenemos que tener en cuenta que es el que más se acerca a la naturaleza, utilizando primordialmente materiales como la piedra, las maderas macizas, el hierro forjado y las fibras naturales (cueros, pieles...). Materiales naturales y con acabados terrosos, al fin y al cabo.
Existen diferentes variantes o subestilos entre los que podemos encontrar el mexicano, el coastal, el provenzal, el campestre, el montañés... Dependiendo del estilo que queramos conseguir, utilizaremos diferentes gamas de color y acabados. En el caso del coastal, por ejemplo, la gama va más en blanco (Old White o Pure) azules (Napoleonic Blue), marrones (Primer Red, Honfleur, Country Grey) y amarillos (Arles, Versailles) envejecidos con madera natural, cuerdas, textiles de fibra naturales con rayas... Al contrario nos pasa con los estilos provenzales o campestres donde la utilización de colores suaves como el Henrietta, Provence, Old Violet, Paloma, Coco, Paris Grey... por ejemplo y textiles naturales como el lino mezclado con estampados florales y rayas.
En las paredes es muy habitual mezclar diferentes pátinas irregulares (con esponja, espátula...) que le darán un toque aún más auténtico. El mueble que se usa a la hora de decorar al estilo rústico es un mueble macizo y robusto, con un toque antiguo o envejecido en el que el desgaste por el uso no se oculta sino que se acentúa.
Con el auge del turismo rural el estilo rústico ha vuelto con fuerza, pero intentando adecuarse a los nuevos tiempos. Es por ello que se utilizan tonos más vivos e incluso se combinan muebles y/o electrodomésticos de aspecto antiguo con otros más modernos. En las cocinas, como la que ilustra este reportaje por ejemplo, se juega con los azulejos y la celosía de las paredes. Como podemos observar en este caso, los azulejos forman un damero de color rojiblanco y la celosía empleada, aún siendo de madera, se ha teñido de Emperor´s Silk rebajado con un punto de Henrrietta. contrastando con un verde suave (Lem Lem).